Big Order es el último manga escrito y dibujado por Sakae Esuno, a quien ya conocíamos por ser el
creador de la exitosa serie del 2011 Mirai Nikki. Debido a esto último, la
adaptación animada del manga había reunido cierto número de seguidores a la
expectativa de lo que sería esta nueva serie. Pero ¿valió la pena realmente?
Si analizamos los aspectos técnicos de la serie
podremos encontrar ciertos elementos conocidos, un opening bastante enérgico
interpretado por el grupo Yousei
Teikoku, quienes son conocidos por interpretar el primer
opening de la serie Mirai Nikki. El diseño de los personajes de igual manera es
muy similar al de la serie ya mencionada, a pesar de saber que tienen el mismo
creador, se siente muy delgada la línea que separa el diseño entre los
protagonistas de ambas series. La historia nos presenta un concepto bastante
interesante, en donde nos muestran un escenario post-apocalíptico en un mundo
en donde las personas pueden hacer sus más profundos deseos realidad a través
de una entidad, al pedir sus deseos se les otorga un poder que puede venir
derivado de este mismo. Las personas con estos poderes se les denomina “Orders”
van acompañados de una figura avatar que manifiesta el poder del Order. Este
elemento podría recordar bastante a la popular serie Jojo’s Bizarre Adventure,
sin mencionar que como otro punto a favor, estos avatares presentan un diseño
bastante interesante. La historia principal nos pone en la piel del
protagonista, quien es el order responsable de causar una gran catástrofe hace
diez años. La serie tiene un buen primer capítulo en donde nos deja en claro el
planteamiento de la misma y nos revela algo importante: el deseo del
protagonista era dominar el mundo.
Las referencias a
otros animes como Code Geass, Jojo’s, Death Note, Persona y Mirai Nikki son bastante claras, algo que se deja visible
desde el piloto de la serie. Sin mencionar que la animación es verdaderamente
fluida y posee una paleta de colores bastante interesante. Desgraciadamente Big
Order falla en varios puntos los cuales sus aciertos no pueden cubrir.
Empezando por su protagonista, en el primer capítulo al dejarnos claras sus intensiones, pensaríamos que nos encontraremos con un estratega poderoso, algo al estilo Light o Lelouch, pero NO. En los siguientes capítulos vemos como pasa a ser un peón mas, sirviendo a quienes están por encima.
Otro gran defecto seria en que no hay una explicación clara de sus poderes, se supone que todos deben obedecerle, pero realmente casi nadie lo hace, no sabemos en qué consisten. Cabe mencionar que también podemos encontrar un amplio desperdicio en los personajes, luego de la mención de personajes que parecen relevantes, estos solo se limitan a simples cameos y usos momentáneos, luego desaparecen y casi no los volvemos a ver. Algo que es entendible si tomamos en cuenta de que son solo 10 episodios, pero se aprecia una mala dirección al colocar muchos personajes que NO se van a usar. Hay que mencionar el mayor problema de esta serie: Su ritmo. Es exageradamente acelerado. Nuevamente, es entendible que solo sean 10 capítulos y hay que tratar de administrarlos bien. Pero en Big Order el ritmo es frenético y amplio. Es decir, hay momentos en los que sientes que te perdiste escenas y conversaciones que resulta que se tuvieron fuera de cámara y otros momentos en los que si perdiste la vista a la pantalla terminas sin entender que mierda hacen ahora. Lo peor del caso es que a pesar de todo se dan el lujo de tener escenas y momentos innecesarios. Relleno puro. Cosa que a veces es necesario para aliviar el peso de la trama, pero en un anime de este estilo se siente fuera de lugar, sin mencionar que el ambiente no se presta para eso. Se supone que están en un escenario post-apocalíptico y lo peor, al borde de una guerra, aun así se dan el lujo de tener escenas con comedia y romance (bastante forzadas por cierto). Algo que también vale la pena mencionar, es que no dejas de sentir la esencia de Mirai Nikki por todas partes, es como si el creador no pudiera despegarse de allí. Varios de sus personajes (y algunas escenas) son un calque exacto de Mirai Nikki.
Para rematar, lo peor de todo, fue el final. Es decir, después de todo el conflicto, luego de todos los giros, luego del despilfarro de personajes, nos entregan un final exageradamente apresurado y ¿Por qué mentir? Súper predecible.
Empezando por su protagonista, en el primer capítulo al dejarnos claras sus intensiones, pensaríamos que nos encontraremos con un estratega poderoso, algo al estilo Light o Lelouch, pero NO. En los siguientes capítulos vemos como pasa a ser un peón mas, sirviendo a quienes están por encima.
Otro gran defecto seria en que no hay una explicación clara de sus poderes, se supone que todos deben obedecerle, pero realmente casi nadie lo hace, no sabemos en qué consisten. Cabe mencionar que también podemos encontrar un amplio desperdicio en los personajes, luego de la mención de personajes que parecen relevantes, estos solo se limitan a simples cameos y usos momentáneos, luego desaparecen y casi no los volvemos a ver. Algo que es entendible si tomamos en cuenta de que son solo 10 episodios, pero se aprecia una mala dirección al colocar muchos personajes que NO se van a usar. Hay que mencionar el mayor problema de esta serie: Su ritmo. Es exageradamente acelerado. Nuevamente, es entendible que solo sean 10 capítulos y hay que tratar de administrarlos bien. Pero en Big Order el ritmo es frenético y amplio. Es decir, hay momentos en los que sientes que te perdiste escenas y conversaciones que resulta que se tuvieron fuera de cámara y otros momentos en los que si perdiste la vista a la pantalla terminas sin entender que mierda hacen ahora. Lo peor del caso es que a pesar de todo se dan el lujo de tener escenas y momentos innecesarios. Relleno puro. Cosa que a veces es necesario para aliviar el peso de la trama, pero en un anime de este estilo se siente fuera de lugar, sin mencionar que el ambiente no se presta para eso. Se supone que están en un escenario post-apocalíptico y lo peor, al borde de una guerra, aun así se dan el lujo de tener escenas con comedia y romance (bastante forzadas por cierto). Algo que también vale la pena mencionar, es que no dejas de sentir la esencia de Mirai Nikki por todas partes, es como si el creador no pudiera despegarse de allí. Varios de sus personajes (y algunas escenas) son un calque exacto de Mirai Nikki.
Para rematar, lo peor de todo, fue el final. Es decir, después de todo el conflicto, luego de todos los giros, luego del despilfarro de personajes, nos entregan un final exageradamente apresurado y ¿Por qué mentir? Súper predecible.
Lastimosamente, Big
Order es un conjunto de ideas y referencias que a nivel individual funcionan
bien, pero cuando no se ejecutan de la forma correcta, dejan resultados
lamentables. Es la prueba de que una buena historia no siempre fluye sin un
buen guionista y director.
A pesar de todo ¿es
Big Order un mal anime? No del todo, si es bastante mediocre y eso no puede
negarse. Pero funciona para matar el rato y los conceptos y personajes pueden
mantenerte queriendo más. A lo mejor el manga es mejor, pero como anime, solo
es una de esas series que vez un día de esos que no sabes qué hacer con tu vida
y decides perder el tiempo.
Puntuación: 4/10
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